No, hablar de tus comadres no es
Todos hablamos sobre esto, pero ¿realmente sabemos qué es? Aquí te contamos lo que ampara la libertad de expresión para que no te agarren en curva.
Aunque vamos por la vida diciendo lo que se nos pega la gana, existen dos líneas que no debes pasar, la primera es el respeto al derecho de los demás, y el segundo es su reputación.
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Si eres de las que creen que pueden ir por la vida diciendo lo que sea de todo el mundo, tendremos que romperte la burbuja.
Para empezar no puedes decir nada que ponga en riesgo a la salud o a la moral de las personas, mucho menos a la seguridad nacional (eso sería algo aún más delicado).
Es verdad, nadie puede restringir tu derecho a decir lo que te salga del corazón, ¡porque tu pecho no es bodega!, pero si eso que te está carcomiendo por decir incita al odio te puedes meter en un problema.
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La libertad de expresión es defendida por el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH).
En el mismo apartado, se nos indica que tenemos derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, así como a buscar, recibir y difundir información.
Cuando ya metimos la pata y dijimos algo que perjudique al otro, puede denunciarnos por calumnias, y según el código penal mexicano la multa te podría salir de uno a cuatro meses de salario mínimo.
Ya en casos muy extremos, incluso puedes ir a dar a la cárcel por cinco días.
Así que ya lo sabes trendlover, si quieres decir algo, más te vale tener todos los pelos de la burra en la mano, porque de lo contrario la libertad de expresión no te va a defender de pagar una lana o de un buen golpazo.
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