Oigan, ¿ya vieron todo lo que se está armando con Florinda Meza y la serie de Chespirito? Entre que sí dijo, que sí hizo, que si se peleó con este o con el otro, ahora sí, le están sacando todos sus trapitos al sol.
Pero más allá del espectáculo, el caso de Florinda es el ejemplo perfecto para hablar de esos personajes que todos tenemos cerca. Esos que todo lo critican, y que no descansan hasta aventarse su juicio gratuito envuelto en sarcasmo… y claro, con “todo respeto”.
Por eso invité a una psicóloga picudaza, mi querida Alicia Domínguez de Pedro, la Doctora Descanso, para hablar de cómo capotear a estos seres conflictivos que se infiltran en la familia, la chamba, el grupo de amigao y hasta en el gimnasio.
Porque sí, este tipo de gente en la vida real abundan. Se disfrazan de personas sinceras, honestas y preocupadas por tí, pero en realidad traen más veneno que un alacrán. Y lo peor es que te agotan emocionalmente.
Claro, al principio uno dice: “así es, hay que tolerarla”, pero cuando el comentario pasivo-agresivo ya va directo a ti, se siente el socotroco. Que si tu tía Chuchita no para de opinar sobre tu cuerpo, que si tu cuñada te quiere enseñar cómo educar a tus hijos, o ese compañero de trabajo que TODO lo haría mejor que tú.
¿Qué se hace ahí? ¿Nos enredamos en su drama? ¿Les rogamos que cambien? ¡Claro que no! Como bien dice la doctora: no esperes ni disculpas ni milagros, y mucho menos cambios si no vienen de ellos.
Alicia nos lo dice muy claro, te toca marcar límites y sin explicar de más. Porque estos personajes son expertos en hacerte sentir culpable por poner un alto. “Ay, qué delicado eres”, “No te enojes, era broma”, y no, no era broma.
Si a ti te incomoda, ya es suficiente. La doctora lo dijo fuerte y claro: tú no eres responsable de las emociones ajenas.
¿Y qué pasa si tú eres esa persona? Porque sí, también hay que hacernos el autoexamen. ¿Te molesta que otros brillen? ¿Sientes celos cuando alguien más tiene éxito? ¿Tienes la necesidad de meter tu cuchara aunque nadie te la pidió?
Si la respuesta es sí, entonces hay que trabajar en eso, porque ese vacío no lo vas a llenar criticando al de enfrente.
Como dice Alicia, muchas veces detrás de ese comportamiento hay inseguridad, dolor no sanado, o simplemente una mala costumbre aprendida desde la infancia.
Eso, se trabaja con terapia. Porque uno no puede andar por la vida queriendo controlar a los demás o creyendo que su opinión es ley divina.
Si quieres saber todo lo que la psicóloga Alicia Domínguez de Pedro, la Doctora Descanso, me dijo, dale play a nuestro podcast, o entra al sitio web de Colchones Carreiro para todas las herramientas que van a cambiar tu vida.