Si no te has ido a parar a una playa, o de plano no sales a caminar abajo del sol por nada del mundo, entonces es muy probable que tengas niveles muy bajos de vitamina D.
La vitamina D es conocida como “la vitamina del sol” porque nuestro cuerpo la produce cuando nos exponemos a la luz solar. Sin embargo, su importancia va mucho más allá de su fuente. Este nutriente esencial juega un papel fundamental en diversas funciones del cuerpo, desde mantener huesos fuertes hasta fortalecer el sistema inmunológico. Aquí te contamos por qué deberías asegurarte de tener niveles óptimos de vitamina D y cómo obtenerla.
Refuerza el sistema inmunológico
Es vital para fortalecer las defensas naturales del cuerpo. Ayuda a combatir infecciones y puede reducir el riesgo de enfermedades respiratorias, incluyendo resfriados y gripe.
Mantiene huesos y dientes fuertes
Uno de los beneficios más conocidos de la vitamina D es que facilita la absorción de calcio y fósforo en el cuerpo, lo que es esencial para mantener los huesos y dientes sanos. Niveles adecuados pueden prevenir enfermedades como la osteoporosis.
Mejora el estado de ánimo
La vitamina D también influye en la salud mental. Estudios han demostrado que niveles bajos de esta vitamina están relacionados con trastornos como la depresión. Exponerte al sol o consumir alimentos ricos en vitamina D puede ayudarte a sentirte más feliz y con más energía.
Contribuye a la salud del corazón
La vitamina D puede ayudar a regular la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular. Su deficiencia ha sido vinculada con un mayor riesgo de enfermedades del corazón.
Favorece la función muscular
Además de los huesos, la vitamina D también es esencial para mantener músculos fuertes y saludables. Es clave para la recuperación física, especialmente si practicas ejercicio.