Relaciones desechables:
¿Es necesario evitar enamorarte para no sufrir en una relación?
POR OLYMPIA VILLAGRÁN
Un amor “libre”, en el que las etiquetas no importen y el para siempre no exista, así es el amor líquido del que Bauman escribe en su libro más polémico. Para algunos las relaciones amorosas de las que el filósofo habla son el noviazgo ideal, pero para él y los que concuerdan con sus palabras el amor actual ha perdido casi todo su valor. ¿Por qué se diluyó el amor?, según el escritor la razón principal recae en las nuevas formas de comunicación que la mayoría manejas: Internet, mensajes de texto y redes sociales, para ser más específicos.
Evidentemente, el amor líquido no fue un avance, sino un retroceso para las relaciones humanas que lleva a las parejas al fracaso. Los lazos entre las personas son cada vez más frágiles debido a la inmediatez con la que nos comunicamos a través de múltiples plataformas que convirtieron la convivencia en algo impersonal. Al mismo tiempo esa distancia a veces imperceptible y engañosa hizo que desertar en una relación sea extremadamente fácil. El amor se volvió agua, la cual se escurre entre las manos de los que intentan contenerlo.
¿Qué de malo o bueno hay en eso? A partir del análisis que Julieta Sanguino, subeditora de Cultura Colectiva, hizo alrededor de “Amor Líquido” de Bauman, podemos concluir lo siguiente:
–Ser dos significa aceptar un futuro indeterminado.
-Una pareja es quien influye en nuestra vida al grado de considerar sus decisiones tan importantes como las propias.
-Tener una relación es no planear, dejarse llevar por la corriente para que el otro logre controlar y modificar nuestra vida, incluso nuestra personalidad.
-El compromiso es una carga que limita nuestra libertad y decide sobre nuestro futuro.
-Entregarte a alguien significa dotarla de identidad y significado.
-Definir a alguien es indefinir el futuro.
Entonces, para no llegar a perder el control de nuestra vida y persona, Bauman sugiere que las relaciones de bolsillo son la única forma de no atarse ni destruirse. Pero ¿cuáles son las ventajas y desventajas de ese tipo de vínculos “líquidos”?
Pros:
-Nunca te sentirás heridos cuando el otro no cumpla nuestras expectativas, porque éstas no existirán.
-No necesitarás de grandes esfuerzos, de tu parte o de la de tu pareja, para que los ratos juntos sean agradables.
-En el momento en el que ya no quieras o quieran seguir unidos, retirarse será sencillo.
-Los malentendidos serán los menos, pues tu conciencia nunca se verá afecta por el “enamoramiento”
-Nunca perderás el control porque tu futuro jamás dependerá del presente de alguien más.
Contras:
-No experimentarás mariposas ni alguna otra sensación tan gratificante como sucede al principio de una relación normal.
-No arriesgarás casi nada, pero tampoco ganarás mucho al elegir una relación desechable en lugar de un compromiso más profundo.
-Siempre tendrás que luchas contra la corriente, contra la satisfactoria sensación de enamorarte e idealizar a tu compañero.
-Evaluar cada movimiento y sus consecuencias no te permitirán abrirte ni conocer a tu pareja con sinceridad.
Ambos panoramas son complejos, en uno la promesa del amor eterno, fiel e incondicional te convierte en un ser vulnerable que –de un segundo a otro– podría perderlo todo. Por otro lado, nunca mimetizarte con alguien más te protegerá, pero también te apartará de las emociones que surgen de pensar en un “nosotros” y no en yo; nunca dejarás de sentir que tu único y mejor aliado es la soledad, pero tampoco tendrás que preocuparte por promesas que no te cumplirán.
Así que para lograr tener una relación líquida, desechable y –de alguna forma– pasajera sin salir lastimado ni destruir al otro, debes esforzarte aún más que en una relación estable y de gran compromiso. Proteger tu libertad es una decisión admirable, pero también debes pagar un precio con el que no todos saben cómo lidiar: nadie de lastimará pero tampoco llegarás a amar ni a ser amado con intensidad y locura.
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