Ya se acerca Halloween y, aunque muchos le tienen pavor a los fantasmas y a los vampiros, la verdad es que los monstruos más aterradores son los que habitan dentro de nosotros.
Por eso, invité a la psicóloga Alicia Domínguez de Pedro, mejor conocida como la Doctora Descanso, para hablar de esos demonios internos que nos acompañan todos los días: la culpa, el rechazo, la inseguridad y el miedo.
Los monstruos reales no están en las películas
“Octubre es un mes simbólicamente poderoso”, dice Alicia. “Nos disfrazamos, jugamos con el miedo, pero sin darnos cuenta también estamos dialogando con lo que no queremos ver: nuestra sombra”.
Este concepto, tomado de la psicología analítica de Carl Jung, se refiere a todo aquello que negamos de nosotros mismos: nuestras emociones reprimidas, impulsos, deseos o aspectos que no queremos aceptar.
Y lo más fuerte: esa sombra no se esconde afuera, sino que aparece cada vez que alguien nos detona emocionalmente.
“Cuando alguien te cae muy mal o te saca de quicio sin razón aparente, probablemente estás viendo un pedazo de ti que no has querido aceptar”, explica la doctora.
¿Proyección o espejo?
Aquí viene lo bueno: cuando decimos “no te proyectes en mí”, puede que sí haya algo de verdad detrás.
“La proyección —dice Alicia— no significa que el otro no tenga algo, sino que tú también tienes una parte de eso. Ves fuera lo que no puedes ver en ti.”
Y claro, esto se nota en todo: en las peleas familiares, en la pareja, en el trabajo. A veces no son los demás los que nos provocan, sino los reflejos de nuestros propios miedos.
Vampiros, zombis y fantasmas… pero emocionales
La Doctora Descanso nos invita a mirar el simbolismo de los clásicos del terror desde la psicología:
- El vampiro representa la dependencia emocional, el deseo de control y la falta de límites.
- El zombi, la pérdida de identidad, ese vivir en automático sin disfrutar.
- El fantasma, los temas no resueltos del pasado que aún nos persiguen.
“Cuando negamos lo que sentimos o reprimimos una herida, esa energía no desaparece —dice Alicia—. Se queda ahí, convertida en un fantasma que recorre nuestra mente hasta que decidimos enfrentarlo.”
Aprender a ver en la oscuridad
De niños nos daba miedo el monstruo del clóset; de adultos, nos toca abrir la puerta. Esa es la verdadera valentía: atrevernos a mirar de frente nuestras emociones incómodas y preguntarles qué quieren decirnos.
“Los monstruos internos no se destruyen, se transforman”, dice Alicia. “Pierden poder cuando les pones nombre. Cuando aceptas que la sombra también es parte de ti, dejas de temerle y comienzas a integrarla con compasión.”
Enfrentar para sanar
Negar nuestras emociones solo las alimenta. Reprimir el enojo, la tristeza o el miedo hace que crezcan en silencio. Por eso, enfrentarlas con ayuda profesional es clave.
“El cuerpo no distingue si algo pasó ayer o hace 20 años. Si sigue doliendo, hay que atenderlo”, explica la doctora.
Y si hablamos de salud mental, Halloween es un recordatorio perfecto: los monstruos existen, sí, pero los más peligrosos no usan máscaras… viven dentro de nosotros.
Si quieres saber qué más nos reveló la Doctora Descanso, dale play a nuestro podcast, o entra al sitio web de Colchones Carreiro para más herramientas.
