¿Te ha pasado que el bullying que te hicieron en la secundaria todavía te arde? Eso pasa, hay heridas que arrastramos a nuestro presente y que parecen que nunca van a sanar.
A veces el pasado es como una mochila pesada e invisible, que llevamos cargando a cuestas… y todo ese peso sobre nosotros, nos va desgastando. Y es justo eso lo que le pasa a Eiza González, quien hace unos días confesó que los comentarios que recibió en algún momento sobre su físico, aún la atormentan.
Por eso, invité a una psicóloga picudaza, mi querida Alicia Domínguez de Pedro, la Doctora Descanso, para hablar de lo que muchos minimizan, pero que a más de uno nos sigue pasando factura: ¡las dichosas críticas!
Esos apodos que alguna vez te lanzaron a modo de “chiste” como: “cuatro ojos”, “repuestita”, “chaparrito” o “callado”… pueden convertirse en traumas.
“Hay muchas personas que sufren en silencio, Pei”, me dijo Alicia. “Y lo que más duele no es el comentario en sí, sino que muchas veces lo disfrazamos de burla”.
Porque sí, basta con ver cómo normalizamos comentarios tipo: “Uy, ya estás comiendo bien”, “te ves llenito, ¿todo bien?”, “¡Mira esa lonjita!”. Nada de eso es gracioso, pero como bien dice la doctora: si no atiendes esas heridas, te las llevas contigo hasta el espejo del baño todos los días.
Lo más grave es que esto empieza desde chavitos, porque no falta el adulto que dice: “Tú también defiéndete, hijo”, en lugar de preguntar: “¿Cómo te hizo sentir eso que te dijeron?”
Ahí es donde nace todo. Desde la invisibilización y el no saber ponerle nombre a lo que sentimos.
“Hay niños que sufren sin que nadie lo note. No molestan, no lloran, pero por dentro están hechos pedacitos”, me explicó Alicia.
Y aquí hay que decir también algo fuerte: muchas veces los maestros están tan metidos en su propia rutina que no detectan el foco rojo, y en lugar de escuela, ese lugar se convierte en fábrica de traumas.
Aunque, ¡ojo!: sí existen esos profesores maravillosos que se involucran y hacen la diferencia. Esos que detectan el bullying silencioso, la bromita hiriente y paran en seco a quien se esté pasando de la raya.
Y tú, ¿ya sanaste lo que te dijeron cuando eras niño? Porque si no lo hiciste, tienes que darle play al podcast o entrar al sitio web de Colchones Carreiro, donde la Doctora Descanso tiene herramientas para ayudarte a sanar por completo.