Seguramente has visto memes sobre los famosos migajeros y has pensado “sí soy” entre risas, como si fuera algo gracioso. Pero no, si te estás conformando con lo mínimo, si le estás rogando a alguien que apenas te contesta los mensajes, esto no es chiste: es una alerta emocional.
Como el tema está que arde en redes sociales, le pedí a una psicóloga picudaza, Alicia Domínguez de Pedro, la Doctora Descanso, que nos explique en qué consisten este tipo de relaciones y cómo salir de ellas.
Ser migajero o migajera significa aceptar sobras de amor, en lugar de buscar una pareja cuyo cariño sea recíproco, constante y presente.
“Son personas que piden, ruegan o exigen amor a alguien que ya les dijo ‘ya no quiero estar aquí’”, dice Alicia. “Y aun así, ahí siguen, esperando que cambie, rogando con nostalgia: ‘pero acuérdate de lo bonito que éramos’.”
Ojo, esto no solo les pasa a parejas que están empezando. Puedes tener 20 años de casado y ser migajero. Si estás mendigando atención, si lo das todo y no recibes lo mismo a cambio, si te sientes invisible en tu propia relación… ¡Ahí está el foco rojo!
Hay que decir también que esto no es un capricho ni algo que traes de fábrica. Es un aprendizaje emocional. Si desde chiquito, buscabas aprobación, sentiste que no eras suficiente, o creíste que el amor se ganaba con sacrificio, es probable que repitas ese mismo patrón en tu vida adulta.
“Lo que vivimos con nuestras figuras de cuidado, si no lo sanamos, lo arrastramos”, me revela la Doctora Descanso.
La mayoría de los tienen esos pensamientos, lo justifican todo: “Es que no me escribe porque tiene mucho trabajo”, “es que a ella no le gusta demostrar lo que siente”.
A todos nos ha pasado. Nos da miedo “espantar” a nuestra pareja si le pedimos más atención, afecto o claridad, pero eso no es amor, es ansiedad. Cuando tu bienestar depende del otro, cuando no sabes si hoy te va a hablar o ghostear, lamento decirte que estás en una relación migajera.
Otra cosa que platicamos la Doctora Descanso y yo, es que esto también pasa con los amigos. Nos referimos a esa amistad en la que tú organizas todas las salidas, mandas mensajes, pones todo de tu parte… y del otro lado, solo hay silencio.
Lo tóxico no se justifica. Se enfrenta, se trabaja y, si es necesario, se suelta. Porque tu salud está primero, y no solo nos referimos al aspecto emocional. Y es que el cuerpo habla lo que la mente calla, por eso andas con una gastritis marca diablo, te la pasas dando vueltas en la cama todas las noches o siempre andas con la ansiedad a tope.
Si quieres escuchar todo lo que me dijo la Doctora Descanso sobre este tema, dale play al podcast, o entra al sitio web de Colchones Carreiro donde hay más herramientas que te ayudarán a no estar de migajero ni en el amor ni en la vida.